La batalla de Toro tuvo lugar en las inmediaciones de dicha localidad(perteneciente en la actualidad a la provincia de Zamora, en España) el 1 de marzo de 1476, entre las tropas de los Reyes Católicos por un lado y las de Alfonso V de Portugal y Príncipe Juan por otro, dentro del transcurso de la Guerra de Sucesión Castellana. La batalla terminó con victoria del príncipe heredero Juan de Portugal frente al ala derecha castellana,y con victoria de las restantes tropas fernandinas sobre Alfonso V.
No obstante su resultado incierto,la batalla de Toro representó una gran victoria política para los Reyes Católicos,asegurando el trono en manos de Isabel y la unión de Castilla y Aragón.
EJÉRCITO DE FERNANDO II
Centro: comandado por Fernando, incluía la guardia real y los hombres de algunos hidalgos como el mayordomo mayor Enrique Enríquez. Pero predominaban las milicias populares de las ciudades, como Zamora, Ciudad Rodrigo o Valladolid.
Ala derecha: formada por seis batallas de caballeros ligeros,lideradas por sus capitanes: Álvaro de Mendoza (el principal capitán), el obispo de Ávila y Alfonso de Fonseca (estos dos hombres compartían el mando de una batalla), Pedro de Guzmán, Bernal Francés, Vasco de Vivero y Pedro Velasco. Estaba dividida en dos líneas: cinco batallas delanteras y una detrás. Algunos de sus hombres habían seguido de cerca a los luso-castellanos desde Zamora hasta Toro, por lo que esta ala es designada frecuentemente como de vanguardia.
Ala izquierda: era la más poderosa. Incluía a muchos caballeros con armadura pesada y estaba dividida en tres cuerpos: el izquierdo, cerca de los portugueses, era comandado por el almirante Enríquez; el centro era dirigido por el cardenal Mendoza, y por último, el derecho estaba bajo el mando de García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, I duque de Alba de Tormes.
Fuerzas de reserva: los hombres de Enrique Enríquez, conde de Alba de Liste (tío del rey Fernando y gobernador de Galicia, será hecho prisionero por los portugueses); y los caballeros del marqués de Astorga.
Las tropas portuguesas y las de los partidarios castellanos de Juana regresaban a Toro, después del cerco de Zamora, pero fueron alcanzadas a una legua al oeste de Toro por las tropas de Fernando II de Aragón, que venció a las fuerzas bajo el mando de Alfonso V (centro y derecha portuguesa),huyendo este rey hasta Castronuño. Por su parte, el ataque victorioso del príncipe Juan de Portugal (izquierda portuguesa), que derrotó al ala derecha castellana, recuperó el estandarte real portugués[ y mantuvo la posesión del campo de batalla,permitió que ambos bandos se considerasen vencedores. Pero los Reyes Católicos lograron, a mediano plazo, su objectivo estratégico, ya que casi tres meses y medio después de la batalla, Alfonso V decidió retirarse al verificar la falta de apoyo que tenía en Castilla la causa de la princesa Juana:[n 36] [n 37]
“Los dos ejércitos chocaron en los campos de Toro, y la batalla resultó indecisa. Pero, mientras el Rey de Portugal se dedicaba a reorganizar sus tropas, Fernando envió correos a todas las ciudades de Castilla, y a varios reinos extranjeros, dándoles la noticia de una gran victoria, en la que las tropas portuguesas habían sido aplastadas. Ante tales noticias, el partido de la Beltraneja se disolvió, y el portugués se vio forzado a regresar a su reino.” (Justo L. González)
La batalla tuvo lugar en la vega de Toro (Zamora), cerca de la localidad de Peleagonzalo (situada entonces en la ribera del Duero, a un kilómetro de su ubicación actual), bajo una lluvia y niebla intensas, lo que aumentó la oscuridad de la noche y la confusión del combate.Los dos ejércitos tenían aproximadamente 8000 hombres cada uno.
CONSECUENCIAS
Numerosas ciudades y fortalezas fueron cambiando de partido. Hubo muchas deserciones entre los soldados portuguesesy una transferencia masiva de los partidarios de Juana para el partido de los Reyes Católicos, engrosando sus números, lo que ponía a los portugueses en gran inferioridad. Sin embargo, el ejército portugués en Castilla mantuvo capacidad operacional, habiendo incluso organizado pocos días después de la batalla de Toro (abril de 1476), dos grandes operaciones militares para capturar primero al propio rey Fernando (durante el cerco de Cantalapiedra), y después a la reina Isabel (entre Madrigal y Medina del Campo).
Más de un mes después de la batalla de Toro, una pequeña fuerza de 400 jinetes al mando del príncipe Juan[n 43] regresó a Portugal durante la Semana Santa de 1476 (primeros días de abril) para defender la frontera de los continuos ataques castellanos.Pero Alfonso V, acompañado de Juana[y con el grueso de las fuerzas portuguesas,permaneció en Castilla por casi tres meses y medio, efectuando muchos ataques en las regiones de Salamanca y Toro.Solo regresó a Portugal el 13 de junio de 1476.Alfonso quería ir personalmente a Francia para convencer a Luis XI de no renovar la tregua con Aragón, que expiraría en julio de 1476.
Con la retirada del ejército, el partido de Juana de Trastámara rápidamente perdió fuerzas, llevando, después de tres largos años, al fin de la guerra. La fortaleza de Zamora se entregó el 19 de marzo de 1476, pero Toro permaneció firmemente en manos portuguesas durante más de medio año: la ciudad se entrega al 19 de septiembre,aunque su pequeña guarnición de 300 portugueses,asediada en la fortaleza, solamente capitula el 19 de octubre 1476 durante un ataque no relacionado con la batalla de Toro.
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