lunes, 10 de octubre de 2016

ESCIPION EL AFRICANO

Tres grandes caudillos para mí ha habido en la Historia, Alejandro Magno, Aníbal Barça, y Napoleon Bonaparte, pero sin duda alguna Publio Cornelio Escipion podría discutirles ese honor a los tres, el general que derrotó en el Norte de África a Aníbal, y acabó con la segunda guerra púnica.



Escipión el Africano o Publio Cornelio Escipión Africano (en latín, Publius Cornelius Scipio Africanus; Roma20 de junio de 236 a. C.-Liternum, Campania3 de diciembre de 183 a. C.), en ocasiones llamado Africano el Mayor para distinguirlo de su nieto Escipión Emiliano, fue un importante político de la República romana que sirvió como general durante la segunda guerra púnica.
Fue el general que derrotó a Aníbal, en la famosa batalla de Zama (202 a. C.), victoria que le valió añadir su agnomenAfricano. Escipión fue el único general romano que pudo vencer a Aníbal.
Es descrito por las fuentes antiguas como un hombre de carácter benévolo, afable y magnánimo. Su genio militar se debió a la perspicacia y al ingenio, esparciendo además entre sus legiones, en varias ocasiones, la idea de que actuaba bajo la protección de los dioses del panteónromano.
LA CAMPAÑA DE HISPANIA
Al llegar a Hispania, los romanos controlaban otra vez sólo la costa nororiental, territorio que coincide actualmente más o menos con la zona de Cataluña. Además, el ejército estaba desmoralizado por las derrotas y en clara inferioridad numérica frente al ejército de Asdrúbal Barca y sus aliados celtíberos.
Aunque tenía órdenes de permanecer a la defensiva, las desobedeció y preparó la invasión de la Iberia cartaginesa. Ordenó que la flota romana cargase con el equipo y las provisiones, mientras sus soldados avanzaban rápidamente por la costa. Se dice que recorrió con todo el ejército, en una semana, el territorio comprendido entre sus bases en la actual Cataluña y la capital cartaginesa en Hispania, Carthago Nova (en púnico Qart Hadast), la actual Cartagena.
El ejército cartaginés, que desconocía la marcha de Escipión hacia su capital y se hallaba en bases muy alejadas, fue incapaz de llegar a tiempo para evitar el sitioCarthago Novacayó en 209 a. C. tras un brevísimo episodio. Las tropas de Escipión atacaron por tres puntos: el istmo que unía la ciudad con tierra, por mar y por la laguna del norte de la ciudad, que estaba descubierta de defensores. Escipión, dando muestras de una magnanimidad y moderación impropias de su época, prohibió el saqueo de la ciudad y respetó la vida de sus ciudadanos; respetando también la vida de Magón, comandante de la guarnición de Cartago Nova.
Muchos historiadores consideran la caída de Carthago Nova como el punto de inflexión de la segunda guerra púnica. No en vano Cartago no sólo había perdido su capital en Hispania, su principal base naval, sino también sus minas de plata, gran cantidad de víveres y armas almacenadas e incluso a los prisioneros y rehenes con los que se aseguraban la lealtad de los pueblos sometidos.
Escipión regresó a Tarraco sin ser molestado, donde permaneció durante el resto del año, ya que sus fuerzas no eran lo suficientemente numerosas para enfrentarse al enemigo en el campo de batalla, y estaba ansioso por fortalecer alianzas con los jefes hispanos.
En esto tuvo más éxito de lo que se podía haber anticipado. La captura de Carthago Nova, así como su popularidad personal, llevó a que muchas de las tribus hispanas desertaran de la causa cartaginesa, y cuando retomó las acciones en el año siguiente, 209 a. C.Indíbil y Mandonio, dos de los más poderosos y hasta ahora más fieles partidarios de Cartago, abandonaron el campamento de Asdrúbal y esperaron la llegada de Escipión.
Reforzado con sus nuevos aliados, el ejército romano avanzaba con rapidez por el sur. En el año 208 a. C. se enfrentaron en Hispania Asdrúbal y Escipión en la batalla de Baecula, que terminó con la victoria de los romanos. Sin embargo, el cartaginés logró escapar con parte de sus tropas y marchó por la Meseta, logrando pasar los Pirineos hacia Italia para encontrarse con su hermano Aníbal, aunque antes de conseguirlo fue derrotado por los dos ejércitos consulares, tras una emboscada, en la batalla del Metauro (207 a. C.), donde fue muerto.
Al año siguiente, el propretor Marco Silano derrotó a Magón en Celtiberia, con lo cual este último marchó al sur del país y se unió a Asdrúbal, el hijo de Giscón, en la Bética.
Escipión aprovechó para realizar la conquista del valle del Guadalquivir, llamado Baetis en época romana. En 206 a. C. se produjo la última gran batalla en suelo hispano, enfrentándose cartagineses y romanos en la batalla de Ilipa, cerca de Hispalis. Escipión volvió a triunfar, y el ejército cartaginés quedó definitivamente destruido. Las últimas bases de Cartago en Hispania caían rápidamente. La última ciudad púnica en Hispania, Gadir (la actual Cádiz), se rindió ese mismo año. Durante la campaña, Escipión asentó a sus heridos y veteranos en una ciudad turdetana preexistente, a la que llamó Itálica, bajo y junto al actual Santiponce, unos kilómetros al norte de Hispalis, la moderna Sevilla.
Tras estas hazañas Publio Cornelio Escipión volvió a Italia.
INVASION ROMANA DEL NORTE DE ÁFRICA

Invasión romana del Norte de África de Publius Cornelius Scipio (204 - 203 a.C.)
En consecuencia en el año 204 a. C. Escipión, que ahora era procónsul, zarpó de Lilibeo y desembarcó en África, no muy lejos de Utica, sin oposición de la flota cartaginesa. Una vez que llegaron los romanos, se les unió un aliado que a la postre resultaría decisivo: Masinisa, rey nominal de Numidia Oriental, despojado de su trono por su rival, Sifax, rey de Numidia Occidental y aliado de Cartago. Escipión puso sitio a Útica, ciudad ubicada en la costa mediterránea de África, pero la llegada de los ejércitos unidos de Sifax y Cartago le obligaron a retirarse a pasar el invierno en un promontorio saliente (llamado Gens Cornelia por las tropas de Escipión, en honor a su líder), que él fortificó. Escipión decidió entrar en negociaciones de paz, pero con el secreto fin de averiguar todo lo necesario para atacar por sorpresa a sus enemigos.
En la primavera de 203 a. C.Asdrúbal Giscón, y Sifax meditaban un ataque general por tierra y por mar contra las fuerzas de Escipión, pero este último, que fue informado de su plan por algunos númidas, se anticipó y atacó sus dos campamentos en la noche, causando ingentes pérdidas a los cartagineses y los númidas, lo que permitió poner sitio a la ciudad de Útica. Los cartagineses y los númidas reunieron sus últimas reservas (incluyendo mercenarios hispanos) para enfrentarse a Escipión. La consiguiente batalla de los Grandes Campos culminó con la completa victoria romana, expulsando a Sifax del trono de Numidia y obligando a Cartago a entablar negociaciones de paz. Aníbal fue llamado para que regresara de Italia.
Cartago y Roma acordaron que la paz se restableciera mediante la pérdida de Cartago de cualquier posesión no africana, entrega de toda la flota de guerra, con excepción de unas cuantas naves, y el pago de un tributo, así como el reconocimiento de Masinisa como rey independiente de Numidia. Sin embargo, al llegar las tropas cartaginesas de Aníbal y Magóna África, se decidió romper el acuerdo mediante la agresión a unas naves romanas que buscaron refugio de una tormenta cerca de Túnez. La guerra volvió a empezar, pero la situación era ahora muy diferente.
Escipión reemprendió la campaña en África y se puso en contacto con Masinisa, quien le proporcionó 4000 jinetes y 6000 infantes. Aníbal, informado de su llegada, movilizó a su ejército, pero antes de entrar en batalla trató de negociar con Escipión. No habiendo llegado a acuerdos, se dispusieron a la lucha.
El 19 de octubre de 202 a. C. se produjo el enfrentamiento entre los ejércitos de Aníbal y Escipión en la batalla de Zama. Tras casi un día entero de batalla y en inferioridad numérica, el ingenio de Escipión frente a los ochenta elefantes y aproximadamente cuarenta mil cartagineses dio una gran victoria a los romanos y sus aliados. En honor a esta victoria, Publio Cornelio Escipión tomaría el nombre con el que se ha hecho célebre: "el Africano".
El propio Aníbal decidió llevar a cabo las negociaciones de paz con Roma, pues comprendió que era inútil seguir resistiendo. Las duras condiciones impuestas por Roma fueron: pérdidas de todas las posesiones de Cartago fuera del continente africano; prohibición de declarar nuevas guerras sin el permiso del pueblo romano; obligación de entregar toda la flota militar; reconocimiento de Masinissa como rey de Numidia y aceptación de las fronteras entre Numidia y Cartago que éste determinase; pago de 10 000 talentos de plata (aproximadamente 260 000 kg) en 50 años; mantenimiento de las tropas romanas de ocupación en África durante tres meses; entrega de 100 rehenes escogidos por Escipión, como garantía del cumplimiento del tratado.
Aníbal aceptó las condiciones, a fin de que los romanos le dejaran en paz mientras ayudaba a Cartago a reconstituir su poderío. El tratado fue ratificado por ambos senados, el cartaginés y el romano, en el año 201 a. C.

RESEÑAS
El gran escritor Santiago Posteguillo, tiene una trilogía sobre Escipion y Aníbal sirviendo de guía de la vida de este gran caudillo, que nos servirá con rigor histórico como suele escribir Posteguillo comprender la época y la vida de Escipion.

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