domingo, 4 de octubre de 2015

GUERRA DE SUCESIÓN EN ESPAÑA (Parte III)


EL NACIMIENTO DE LA GRAN ALIANZA ANTIBORBONICAEditar

La apertura del Imperio español al comercio francés confirmó el temor de las dos potencias marítimas de la época, Inglaterra y las Provincias Unidas, de que Francia pretendía adueñarse del comercio español con América, por lo que el 20 de enero de 1701 firmaron una alianza para realizar operaciones conjuntas contra Francia y dieron su apoyo a las aspiraciones del segundo hijo del Emperador Leopoldo I al trono español. Cuando se conocieron las concesiones hechas por Felipe V a la "Compagnie de Guinée" en la trata de esclavos –que coincidió con el reconocimiento por Luis XIV de Jacobo III Estuardo en sus aspiraciones al trono de Londres–, Inglaterra y las Provincias Unidas, promovieron la formación de una gran coalición antiborbónica.Así el 7 de septiembre de 1701 se firmó el Tratado de La Haya que dio nacimiento a la Gran Alianza, formada por el Sacro Imperio, Inglaterra, las Provincias Unidas de los Países Bajos, Prusia y la mayoría de los estados alemanes,que declaró la guerra a Luis XIV y a Felipe V en mayo de 1702.El reino de Portugal y el Ducado de Saboya se unirían a la Gran Alianza en mayo de 1703.
La guerra se inició al principio en las fronteras de Francia con los Estados de la Gran Alianza, y posteriormente en la propia España, donde se convirtió en una guerra europea en el interior del país, desembocando en una auténtica guerra civil, básicamente entre la Corona de Aragón, partidaria mayoritariamente del Archiduque, el cual había ofrecido garantías de mantener el sistema "federal" de la Monarquía Hispánica, y la Corona de Castilla, que había aceptado a Felipe V, cuya mentalidad era la del estado centralista de monarquía absoluta comparable al modelo de la Francia de la época.Terminada la guerra, los Estados de la Corona de Aragón desaparecieron al ser suprimidas sus leyes e instituciones propias sustituidas por las "leyes de Castilla, tan loables y plausibles en todo el universo" –como se decía en el Decreto de Nueva Planta de 1707 que puso fin a los reinos independientes de Aragón y de Valencia–, y sólo las "provincias" vascongadas y el Reino de Navarra mantuvieron sus leyes e instituciones propias al haberse mantenido fieles a la causa borbónica.

EL COMIENZO DE LA GUERRA (1701-1705)

Primeras acciones bélicasEditar

Como rey de España Felipe V poseía el ducado de Milán y junto con Francia estaba aliado con varios príncipes italianos, como Víctor Amadeo II de SaboyaCarlos III, duque de Mantua,por lo que las tropas francesas ocuparon casi todo el norte de Italia hasta el lago de Garda. El príncipe Eugenio de Saboya, al mando de las tropas del emperador austriaco, dio comienzo a las hostilidades en 1701, sin declaración de guerra, batiendo al mariscal francés Nicolas Catinat en la batalla de Carpi, así como a su sucesor el mariscal duque de Villeroy en la batalla de Chiari, pero no consiguió tomar Milán por problemas de suministros. A comienzos de 1702 el primer ataque lo lanzaron las tropas austriacas contra la ciudad de Cremona, en Lombardía, haciendo prisionero a Villeroy (batalla de Cremona). Su puesto lo ocupó el duque de Vendôme, que rechazó las tropas invasoras del ejército del príncipe Eugenio de Saboya. Los partidarios del emperador Leopoldo I atacaron primero a los Electores de Colonia y Brunswick, que se habían puesto del lado de Luis XIV de Francia, ocupando dichos principados. También deseaban impedir que se unieran las fuerzas francesas con las del Elector de Baviera, para lo cual reclutaron un ejército al mando del margrave Luis Guillermo de Baden, que tomó posiciones en el Rin superior frente a las fuerzas francesas mandadas por el mariscal Villars. El margrave de Baden conquistó el 9 de septiembre de 1702 Landau, en Alsacia, y el 14 de octubre de 1702 se volvieron a enfrentar ambos ejércitos en la batalla de Friedlingen, de la que ninguno salió vencedor pero tuvo como consecuencia que los franceses retrocedieran detrás del Rin y no pudieran unirse con los bávaros. Más al norte, el mariscal Tallard ocupó de nuevo todo el ducado de Lorena y la ciudad de Tréveris.

Estimulado por su abuelo, en 1702 Felipe V desembarcó cerca de Nápoles pacificando el Reino de las Dos Sicilias en un mes, tras lo cual reembarcó hacia Finale. De ahí fue a Milán, siendo recibido con entusiasmo también allí e incorporándose a comienzos de julio al ejército del duque de Vendôme cerca del río Po. La primera batalla tuvo lugar en Santa Vittoria y supuso la destrucción del ejército del general Visconti por las tropas franco-españolas, a la que siguió un sangriento intento de desquite en la batalla de Luzzara. Su comportamiento en estas batallas fue brillante, rayando lo temerario. Sumido en un nuevo acceso de su enfermiza melancolía, se reembarcó y regresó a España, pasando por Cataluña y Aragón y haciendo entrada triunfal en Madrid el 13 de enero de 1703. A su regreso le esperaban las malas noticias de que la Dieta imperial le había declarado la guerra a él y a su abuelo como usurpadores del trono español. El ejército del duque de Borgoñatuvo que retirarse ante la superioridad del duque de Marlborough (protagonista de la canción infantil Mambrú se fue a la guerra), perdiéndose RaisenwertzVainlooRulemundaSenenverthMaseichLieja y Landau en Alsacia. Contrarrestaron un poco esto los éxitos del Elector de Baviera (aliado de la causa borbónica) tomando Ulm y Memmingen.

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